14 de marzo de 2013

ACUPUNTURA Y TUINA PARA EL TRATAMIENTO DE LA CEFALEA



La cefalea es una de las patologías de incidencia más elevada en los países occidentales y aunque quede todavía mucho por conocer respecto a la patogénesis del dolor cefálico, la identificación precisa del tipo de cefalea, mediante la recolección de una anamnesis completa y la ejecución de un cuidadoso y objetivo examen general y neurológico, puede proveer una base seria y eficaz con finalidad terapéutica.

En efecto, en base al mecanismo por el cual es inducido el dolor, se distinguen cuatro tipos principales de cefaleas. El vascular, que comprendería las cefaleas causadas por una reacción anormal de las arterias cerebrales, en particular una tendencia a la dilatación; el de la contracción muscular o músculo-tensivo, producido por la persistente contractura de los músculos del cuello y de la cara; el inflamatorio y de tracción que incluiría todas las cefaleas secundarias a una patología orgánica del cráneo y de sus componentes. Hay además un cuarto grupo, representado por las neuralgias craneales idiopáticas en las cuales no se evidencia ninguna modificación patológica.

Alrededor del 8% de los pacientes afectados de cefalea visitados por los médicos generalistas y otro 50% de pacientes examinados por especialistas presentan una cefalea vascular. Los principales ejemplos de cefalea vascular son representados en la hemicránea y en la cefalea histamínica de Horton (cefalea en racimo).
La cefalea músculo-tensiva es el tipo de cefalea más comúnmente observado por el médico generalista y está generalmente relacionado con presencia de estrés, conflictos emocionales u hostilidad reprimida, problemas que pueden no ser evidentes para el mismo paciente.
La clave para llegar al diagnóstico de la cefalea reside en un historial clínico completo que comprende la época de aparición de la cefalea, la localización, la intensidad, la calidad, la frecuencia, la hora en la cual se manifiesta y la duración, la presencia eventual de una historia familiar. La presencia o ausencia de un aura, la naturaleza de cada síntoma asociado y la persistencia de los síntomas neurológicos después de la atenuación de la crisis también pueden ser útiles para la orientación del diagnóstico.

Se han realizado estudios clínicos para evaluar la eficacia analgésica y miorrelajante de la acupuntura frente al tuina en el tratamiento de la cefalea vasomotora y la cefalea músculo-tensiva.
En el caso de la cefalea vasomotora, los síntomas que se tomaron en consideración para observar la evolución eventual en el transcurso de la terapia, eran, aparte de la propia hemicránea, el dolor retroocular, la ptosis palpebral, el hinchazón y enrojecimiento palpebral, la miosis, la inyección conyuntival, el lagrimeo, el enrojecimiento hemifacial, la sudoración, la congestión nasal y la rinorrea. En el caso de la cefalea vasomotora, los síntomas observados eran dolor de cabeza intermitente, recurrente o constante, de localización variable, pero más frecuente en la parte frontal y temporal, en la nuca o el cuello, sensación de constricción alrededor de la cabeza, rigidez del cuello, dolor del cuero cabelludo, y trastornos del sueño.

De los datos obtenidos en los estudios, se evidenció cómo en el grupo de pacientes con cefalea vasomotora, la acupuntura tenía un rol terapéutico significativamente (p<0.01) resolutivo y comparado con el tuina más eficaz. Esto podría confirmar los datos neurofisiológicos que han subrayado por vía experimental los efectos de la acupuntura sobre la liberación de la serotonina y la inflamación y sobre el edema, dos de los mecanismos bioquímicos implicados en la fase vasodilatadora de la hemicránea.
En los resultados de la terapia con MTC para la cefalea vasomotora leve, se apreciaron resultados similares con el tuina y la acupuntura, la desaparición completa de los síntomas y la completa respuesta al tratamiento por parte de todos los sometidos al mismo.
Esto explica además el efecto mejorante del tuina, con respecto a la acupuntura, y su acción sobre los dos factores locales desencadenantes de la cefalea de contracción muscular, la artrosis cervical y la contracción de los músculos paracervicales, y el sustrato psicológico que se encuentra en la base de este tipo de cefalea, como la depresión o la ansiedad.
De todo esto emerge claramente, por ser nuestros datos en curso de continua revisión y ampliación, tanto a nivel curativo o sintomatológico que las técnicas terapéuticas de MTC ocupan un papel insustituible en el tratamiento de estas dos tipos de cefalea, si se compara con las terapias fisioterapéuticas y farmacológicas además de tener una mejor eficacia, resultando ser también una terapia de mejor seguimiento por parte del paciente y con menos efectos colaterales asociados.

Fundación Europea de MTC

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